Los drones son pequeñas aeronaves capaces de captar imágenes, videos, audios de todo tipo con micrófonos ultrasensibles, localizar señales inalámbricas a través de los muros de casas y muchas cosas más, por este motivo y el incremento de estos, se han convertido en prioridad para los expertos en protección de datos. Para poder regular los datos que los drones son capaces de recoger hace falta aplicar un marco de seguridad.
Uno de los principales riesgos de los drones para la privacidad es su indetectiabilidad, ya que es difícil de divisar desde el suelo si estos aparatos están recogiendo datos, cuales son éstos (imagen, sonido, etc.), con qué propósito se recopilan y por parte de quien. Para combatir este problema son aplicables los artículos de la LOPD referentes a las limitaciones que conlleva la captación de imagen o grabaciones de personas físicas. Se debe cumplir el deber de informar a los afectados (art.5 LOPD), es decir cualquier ciudadano que esté siendo grabado con un dron tiene derecho a saber que se está captando información suya. Se podría facilitar esta información a través de cualquier canal: medios de comunicación, redes sociales, folletos hasta carteles informativos en la zona. El ciudadano además de tener el derecho a ser informado tiene el derecho de acceso, el derecho de cancelación y el de oposición a los datos recopilados (derechos ARCO). El propietario del dron también deberá notificar a la Agencia de Protección de Datos las características de este procesamiento de datos.
En el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) no tiene ningún apartado específico a los drones, a estas aeronaves se les aplicaría las renovaciones en materia de protección de datos como cualquier otro dispositivo.